La Casa de los Hermanos Serdán, Testigo de la revolución Mexicana

22.11.2024

Por: Ana Cirne

En el corazón de la ciudad de Puebla, a unas pocas calles del zócalo, se erige un edificio que no solo resguarda historia, sino que es historia. La Casa de los Hermanos Serdán, hoy 20 de noviembre Museo Regional de la Revolución Mexicana, se presenta como un portal al pasado, donde las paredes aún susurran los ecos de un México en ebullición.

Es un día nublado lo cual estar dentro del museo y recorrerlo se siente una nostalgia. El silencio del espacio contrasta con lo que ocurrió aquí el 18 de noviembre de 1910, cuando la familia Serdán —Aquiles, Carmen y Máximo— defendió con su vida los ideales revolucionarios.

Camino por los pasillos y observo vitrinas repletas de documentos, armas y objetos personales que pertenecieron a los Serdán. Una de las piezas más impactantes es una escopeta de Aquiles, la misma que usó para enfrentarse al ejército porfirista en un acto de valentía desesperada. En una esquina, los restos de balas incrustadas en la pared me recuerdan que este lugar fue el epicentro del primer enfrentamiento armado de la Revolución Mexicana.

El recorrido se torna aún más emotivo cuando llego al comedor. Ir leyendo en cada salón loque paso hace poder vivirlo y recordad, explica que fue aquí donde las tropas irrumpieron, disparando a quemaron ropa. En el suelo de cerámica, una loseta enmarcada indica el lugar donde cayó Carmen, quien, con una notable entereza, defendió la causa revolucionaria hasta su último aliento. Hay un salón dedicado a ella y su valentia, me llena de admiración e inspiración. 

Las exhibiciones no solo destacan la lucha de los Serdán, sino también el contexto social de principios del siglo XX. Fotografías, cartas y periódicos de la época revelan las injusticias del régimen de Porfirio Díaz y las ansias de cambio de una nación oprimida.

Una sala especial está dedicada a la vida cotidiana de la familia antes del levantamiento. Aquí, los objetos personales —como vajillas, muebles y ropa— humanizan a los héroes, mostrándolos como personas comunes que tomaron decisiones extraordinarias.

Al salir, hay poca llovizna me acompaña mientras reflexiono sobre el sacrificio de los Serdán. La Casa de los Hermanos Serdán no es solo un museo; es un símbolo de resistencia y esperanza. Este recinto, que alguna vez fue testigo de sangre y pólvora, ahora inspira a nuevas generaciones a valorar la libertad y la justicia.

Visitar la Casa de los Hermanos Serdán es más que un viaje en el tiempo; es una conexión directa con el alma revolucionaria de México.*

Foto: Ana Cirne

Foto: Ana Cirne

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